Fecha de publicación:  2 de febrero de 2020

Cinco mitos de la alergia primaveral y qué repercusiones tienen para usted


Cuando llega la primavera, también aparece el polen en exteriores. Las flores brotan, la escarcha se derrite y la alergia estacional regresan vilmente. Cuando observa por la ventana los árboles, la maleza y la hierba (mientras le pican los ojos y le gotea la nariz), podría tentarle la idea de limitarse a maldecir al polen por esos síntomas irritantes y resignarse a aumentar el presupuesto en pañuelos y antihistamínicos. Sin embargo, a menudo no es solo el polen de la primavera lo que está causando ese picor de garganta y los estornudos. De hecho, hasta el 90 % de las personas alérgicas están sensibilizadas a varios alérgenos.1

¿Sabe qué? En realidad, podría ser cualquier número de alérgenos, desde ácaros del polvo hasta caspa de las mascotas, los que se combinan para desencadenar sus síntomas. Aunque podría suponer que la causa de sus molestias es el polen, la alergia no es tan sencilla.

Le invitamos a derribar cinco mitos comunes sobre la alergia estacional.

 

1. La alergia primaveral es causada solo por el polen.


Aunque es cierto que hay un aumento de polen durante la primavera, el verano e incluso hasta principios del otoño, es un error asumir que el polen es el único desencadenante alérgico y que lo único que se puede hacer es tomar un antihistamínico. Con ello, además de jugar a las adivinanzas con su cuerpo, podría estar intentando tratar los síntomas sin saber qué los provoca. No es lo mejor. 

"Pero Allergy Insider, mis síntomas de alergia siempre se manifiestan en primavera, y los influencers de Instagram también se quejan de sus alergias primaverales, así que será eso". Tal vez sí. Tal vez no. Piense en lo siguiente: Si se encuentra con varias sustancias a las que es alérgico al mismo tiempo, estas pueden acumularse, y es entonces cuando empezará a experimentar los síntomas.2,3 Esto se denomina umbral de síntomas.

Piense que su umbral de síntomas es el borde de una taza vacía, y que las diferentes sustancias a las que es alérgico son líquidos. Una salpicadura de polen, un chorrito de caspa de mascotas, una cucharada de ácaros del polvo: la taza rebosa y todo le salpica en la cara. Pero, si puede modificar ese molesto cóctel reduciendo la exposición a uno o dos de esos alérgenos, seguramente su taza no rebose. Y entonces, a lo mejor, no le pican los ojos, no estornuda y no tendrá que estar yendo una y otra vez a comprar más antihistamínicos.  

Obviamente, no podemos controlar la naturaleza. (Y la madre naturaleza puede protestar bastante). No obstante, podemos hacer mucho para reducir la exposición a los furtivos alérgenos de interior, que son igual de capaces de provocar ese moqueo.    
 

2. Sólo se puede ser alérgico a una cosa en cada momento.


Reducir la exposición a uno o dos alérgenos que pueda controlar (como la caspa de las mascotas y los ácaros del polvo) podría mantenerle por debajo de su umbral, incluso cuando el polen de primavera esté en el aire. 

Algunos ejemplos de alérgenos de interior cuya exposición puede controlar son los siguientes:
 

Caspa de mascotas
Ácaros del polvo
Cucaracha
Moho

   

3. Sólo los desencadenantes alérgicos provocan síntomas.


Pero los alérgenos no es lo único que puede provocar síntomas de alergia, como picor de ojos, goteo nasal o estornudos. Hay desencadenantes no alérgicos que también pueden provocarlos. Utilizar un nuevo producto de limpieza o estar cerca del humo del tabaco son algunos ejemplos de desencadenantes no alérgicos. Es importante tener en cuenta que estos desencadenantes no funcionan biológicamente de la misma manera que los desencadenantes alérgicos, por lo que los antihistamínicos no ayudarán a aliviarlos. Aquí tiene algunos ejemplos más:

  • Humo de tabaco
  • Contaminación del aire
  • Material de limpieza
  • Perfumes y colonias
  • Polvo del exterior (por ejemplo, tormentas de polvo)

 

4. Es imposible saber exactamente a qué eres alérgico.


Una de las mejores medidas que puede adoptar cuando los síntomas de la alergia empiecen a manifestarse, o incluso antes, es someterse a una prueba de alergia. Los análisis de sangre de IgE específica ayudarán a su médico a determinar con exactitud sus sensibilizaciones alérgicas. Sabrá con precisión qué es lo que está causando las reacciones alérgicas y los pasos que debe dar para reducir o evitar la exposición a ellas. ¿Y sabe qué? Reducir la exposición a esos factores desencadenantes también puede ayudarle a controlar los síntomas, o incluso a evitarlos por completo. Victoria asegurada.  

Aunque no puede hacerse una prueba de alergia para determinar esos desencadenantes no alérgicos de los que hemos hablamos, sí que puede detectarlos por eliminación según sus síntomas y los resultados de las pruebas. Si los resultados de sus pruebas son negativos y sigue tendiendo síntomas parecidos a los de la alergia, su médico podrá sugerirle que tenga en cuenta otras posibles causas, como el entorno, y que haga lo que pueda para evitar a esos culpables no alérgicos.
 

5. Sufrir durante la estación alérgica es la única opción.


Le acabamos de exponer algunos datos interesantes sobre el polen, la alergia en interiores y los desencadenantes no alérgicos y qué hacer con ellos. El resto depende de usted. Convenza a sus amigos, informe a su médico y vaya por ahí con su nariz congestionada bien alta. No hay razón para sufrir.

Ah, y hágase ya las pruebas. Puede preguntarle a su médico de cabecera por los análisis de sangre IgE específica o explorar las opciones que se enumeran a continuación.  

 

Herramientas para entender la alergia

 

Monitorice la información de los síntomas de la alergia para aprovechar al máximo la visita a un profesional sanitario.

Obtenga más información acerca de los alérgenos específicos, incluidos los síntomas comunes, el tratamiento y el alivio. 

¿Es usted es un profesional sanitario? Obtenga información exhaustiva sobre cientos de alérgenos y componentes de alérgenos.

  1. Ciprandi G, Alesina R, Ariano R, et al. Characteristics of patients with allergic polysensitization; the polismail study. Eur Ann Allergy Clin Immunol. 2008;40 (3);77-83.
  2. Wickman M. When allergies complicate allergies. Allergy. 2005;60 (Suppl 79):14–18.
  3. Burbach GJ, et al. GA2 LEN skin test study II: clinical relevance of inhalant allergen sensitizations in Europe. Allergy. 2009;64:1507-15.