Junio de 2022  |  Linda Armstrong  |  ✓  Revisado desde el punto de vista médico por: Gary Falcetano (PA-C, AE-C), Fabio Iachetti (MD)

Si va a ir a la universidad, no querrá que nada le pare y mucho menos la alergia. Sin embargo, si padece alergia, cambiar de ciudad puede suponerle una preocupación más que una sensación de libertad.

¿Qué tratamiento seguirá para la alergia? ¿A quién puede acudir en caso de emergencia? ¿Qué materiales u objetos para combatir la alergia no debe olvidar a la hora de la mudanza?

A continuación, le dejamos algunos consejos y todo lo que necesita saber para afrontar la situación de manera correcta. 

No olvide llevar consigo lo esencial para gestionar la alergia en la universidad.

Además de unos pantalones cómodos y la pasta de dientes, deberá llevar todo lo necesario para controlar su alergia mientras está fuera de casa. A continuación, se enumeran algunos de los elementos que podría necesitar:

• Toallitas faciales.
• Productos de limpieza que no contienen alérgenos.
• Mascarillas y guantes (es posible que los necesite para la limpieza de sustancias que le produzcan alergia y para los protocolos relacionados con la COVID).
• Tarjetas informativas sobre su alergia alimentaria (la organización Food Allergy Research and Education [FARE] ofrece un documento que puede imprimirse y entregarse al personal de preparación de alimentos para informarles acerca de su alergia y las medidas especiales que deben tener en cuenta).
• Medicamentos de venta libre y de venta con receta, como inhaladores o inyectores de epinefrina.
• Seguro de salud y/o tarjeta sanitaria.

Le recomendamos que incorpore a su lista algunos elementos funcionales relacionados con la alergia.

Es probable que necesite algunos elementos funcionales adicionales, más allá de una mininevera y una mesa de ping pong, para evitar los síntomas de la alergia en su dormitorio o apartamento. Estos son algunos de los elementos que debería incorporar a su arsenal.

• Aspiradora. El suelo de su futuro piso o habitación es una lotería. Quizás sea de hormigón. Quizás sea de parqué. Quizás sea una moqueta. O quizás sea una combinación de los tres. En cualquier caso, plantéese la posibilidad de llevar una aspiradora con filtro HEPA para reducir el polvo y otros alérgenos.¹
• Filtro de aire portátil o filtros para el aire acondicionado. Si su habitación tiene un equipo de aire acondicionado con control de temperatura regulable, ha tenido mucha suerte. Sin embargo, es importante que compruebe si el equipo tiene filtros que usted, o el personal de mantenimiento, puede cambiar con regularidad. En ese caso, asegúrese de tener siempre filtros para el cambio o pida al encargado de mantenimiento que le explique en qué consiste el proceso. También puede colocar un filtro de aire portátil (también llamado "purificador de aire") para mejorar la calidad del aire del lugar.²
• Ropa de cama a prueba de alérgenos. Si está sensibilizado a los ácaros del polvo, le recomendamos que tome medidas en lo que respecta a la ropa de cama para reducir los síntomas. Entre estas medidas, sugerimos utilizar cubrecolchones, somieres y almohadas de materiales y tejidos específicos e hipoalergénicos, o fundas de plástico herméticas con cremallera.³

Informe a su compañero de habitación y a sus amigos sobre su alergia.

Aunque la alergia es un tema de conversación incómodo para una primera toma de contacto (uno de tantos, en realidad), es fundamental que informe a sus compañeros de habitación y a sus amigos más cercanos lo antes posible, sobre todo si tiene alguna alergia alimentaria.

Pregunte al servicio médico para alumnos si existe alguna sala o lugar especial en la que mantener este tipo de conversaciones. Si va a vivir en un piso de estudiantes, lo habitual es que haya un delegado de supervisión por cada habitación que podrá ayudarle.

Es importante que todos sus compañeros de habitación y amigos cercanos estén informados para que sepan cómo evitar y reducir los factores desencadenantes. (Y quién sabe, tal vez también ellos tengan alguna alergia… #UniendoExperiencias).

(Como comentario adicional, si aún no sabe exactamente a qué es alérgico, quizás este sea el momento perfecto para averiguarlo. Haga una labor de investigación para prepararse para el curso universitario y obtenga información sobre las pruebas de alergia en sangre, que pueden resultar útiles para elaborar un diagnóstico).

Cuando finalmente surja el tema de la alergia, explique detalladamente de qué manera pueden ayudarle sus amigos y compañeros de habitación. Le dejamos algunas ideas que puede sugerir de cara a una convivencia óptima:

• Deje la ropa sucia que haya usado en exteriores en un contenedor específicamente designado para ello. Si el clima es bueno, es muy probable que pase mucho tiempo al aire libre. Sin embargo, si los niveles de polen son elevados, le recomendamos que coloque la ropa sucia en un contenedor colocado junto a la puerta y bien cerrado. De esa manera, al entrar en casa, dispondrá de un espacio para guardar los zapatos, la ropa y los gorros o gorras, que estarán llenos de polen, hasta el día que ponga la lavadora.
• Tenga siempre a mano sus comidas y aperitivos favoritos a prueba de alergia. Si padece una alergia alimentaria grave, informe a sus compañeros y amigos sobre cuáles son los desencadenantes. Explique a sus compañeros de piso, habitación o residencia, y a los que vengan de visita que padece una alergia alimentaria grave y que hay ciertos alimentos que no puede comer. A continuación, prepare una zona en la despensa o en algún armario con aperitivos, comidas y otros productos que sí puede comer (galletas, ramen sin gluten, refrescos) para que todo el mundo pueda consumirlos.

Investigue los comedores y las máquinas expendedoras.

Si tiene una alergia alimentaria, deberá planificar cuidadosamente cómo y dónde comerá en el campus. Puede ponerse en contacto con el comedor de la universidad o preguntar a algún alumno veterano. Las visitas de orientación y jornadas de puertas abiertas son buenos momentos para formular las preguntas necesarias. Además, la organización Food Allergy Research & Education (FARE) ofrece una herramienta útil para que los alumnos busquen las facilidades y medidas especiales para los alumnos con alergia alimentaria o celiaquía en distintas universidades y facultades.

Sepa a dónde ir en caso de emergencia.

Para las personas que padecen alergia, disponer de un listado de los centros médicos más cercanos es tan importante como saber cuántas veces se puede posponer la alarma sin llegar tarde a primera hora. Añada la información de contacto de los centros médicos a su teléfono e imprima la lista para colgarla en la pared de su habitación o llevarla en la cartera por si no lleva el móvil encima. De esa manera, si tiene una reacción alérgica que necesita atención médica, sabrá a dónde ir y a quién llamar.

Su profesional sanitario puede ayudarle a preparar este tipo de documentos teniendo en cuenta las necesidades específicas de su alergia. Por ejemplo, FARE ofrece una plantilla para elaborar un plan de emergencia en caso de reacciones alérgicas alimentarias y anafilaxia en el que se recogen los síntomas que pueden aparecer, los pasos que deben seguirse y la información de contacto de emergencia.

Si bien vivir con alergia durante la época universitaria puede requerir un poco más de reflexión y preparación, no tiene por qué estropear la experiencia. Solo debe tener especial cuidado de no olvidarse de los artículos y medicamentos que necesitará, tener en cuenta el nuevo entorno y pensar en las posibles dificultades y situaciones de emergencia que puedan surgir. Más vale prevenir con una buena preparación para la universidad que curarse haciendo un uso abusivo de la tarjeta bancaria.