Recomendaciones para hablar mejor con el médico sobre alergia

Para mucha gente, conseguir una cita con un médico especialista lleva mucho tiempo. Lo sé. Tardé más de tres meses en conseguir una cita con el alergólogo, y llevaba sin ver a uno 20 años. Cuando por fin llegó la cita, no quise desperdiciar esos preciados 15 minutos. Acudir a la cita preparada me iba a ayudar no solo a aprovechar al máximo mi tiempo con el alergólogo, sino también a calmar los nervios que aparecen cuando se va a la consulta del médico.

Mi preparación me ayudó a sacar el máximo partido a esa cita y de las siguientes. Me alegra decir que, con la ayuda de los profesionales sanitarios, he aprendido a qué soy alérgica ahora (en lugar de a qué era alérgica hace 20 años) y he adquirido un nuevo grado de confianza respecto a lo que supone vivir con una alergia. He podido volver a incorporar algunos alimentos a mi dieta e incluso he llegado a comprender mejor la gravedad de mi alergia alimentaria. 

Tras mis numerosas visitas al médico, he perfeccionado la forma de preparar una consulta para que ese tiempo que pasamos juntos sea lo más eficaz posible. Esta guía le servirá de ayuda. Incluye un resumen del tipo de información que debe recopilar antes de la cita y una útil hoja de trabajo que puede imprimir y rellenar.

Paso 1: Redacte sus preguntas.

Lo primero que debe hacer es recopilar los temas que quiere tratar con el médico. Cuando estoy sentada en la sala de exploración, tengo tendencia a que se me trabe la lengua y a olvidar al menos la mitad de las cosas que quería comentar. ¿Puede que también le ocurra eso? O, de repente, mis problemas no parecen ser tan importantes como pensaba en un principio, así que le quito importancia a los síntomas. A veces, incluso he sentido que no debería hacer preguntas porque pueden parecer obvias o frustrantes. No quiero ser una carga o un "mal" paciente, alguien que no está gestionando su enfermedad de forma adecuada. Ahora me doy cuenta de que no es necesario hacerse la valiente delante del médico. Tener dudas no convierte a uno en un mal paciente. Nos hace estar informados.

Recuerde que no tiene sentido ponerse nervioso ante los médicos. Ellos también son personas ¡y están de su lado! Cuando algo le avergüence, piense que ellos ya lo habrán visto antes.

Pero ¿qué preguntas son apropiadas plantear en la consulta de alergología? Tal vez, si es como yo, quiera hablar de cómo ha cambiado su alergia con el tiempo o saber más sobre posibles tratamientos o pruebas de provocación a alimentos. Sus preguntas tampoco tienen que ser siempre médicas, ya que un diagnóstico como el de una alergia no es solo una afección médica, sino también un problema que afecta a su estilo de vida.

Por lo tanto, preguntar cómo puede desenvolverse en la vida con alergia alimentaria es completamente legítimo. Quizá, quiera consejos sobre cómo actuar con seguridad en el comedor escolar o averiguar qué precauciones hay que tomar cuando se viaja con alergia alimentaria. Asimismo, se encuentra en el lugar adecuado para iniciar una conversación sobre salud mental y calidad de vida. La consulta es el momento de obtener respuestas y debe sentirse seguro al plantear este tipo de preguntas a su médico.

Paso 2: Anote información relevante para su historial médico.

Además de sus preguntas, anote sus antecedentes y una cronología de sus síntomas de alergia. Lleve también cualquier fotografía relevante (por ejemplo, imágenes de sarpullidos). Las preguntas que tenga estarán directamente relacionadas con los acontecimientos que le han llevado a pedir la cita. Utilice esos acontecimientos como punto de partida de la conversación. Cuantos más detalles pueda relatar, mucho mejor será la imagen que pueda presentar al médico. 

¿Necesita ayuda para redactar esa información? Responda a una serie de preguntas que le ayudarán a hacer un seguimiento de sus síntomas y a preparar la consulta con el alergólogo. 

Además, incluya una lista de todos los medicamentos y suplementos que toma. La Dra. Payel Gupta, que presenta conmigo el podcast The Itch Podcast, recomienda a todos sus pacientes que hagan fotos de sus recetas médicas y creen un álbum con ellas en sus móviles. Incluya el nombre y la fecha de caducidad de cada una. Si toma vitaminas u otros suplementos, incluya la lista de ingredientes. 

Paso 3: Realice su propia investigación.

Otra parte de la preparación para la consulta es investigar. Me gusta saber cuáles son mis opciones de tratamiento y los términos técnicos que puedo encontrar. Conocer cierta información básica puede agilizar la conversación con su médico y, en definitiva, le ayudará a tomar decisiones más informadas. 

Es importante tener en cuenta que no todas las fuentes de información son iguales, ni mucho menos. El Dr. Google puede llevarle por caminos desinformados y llenos de miedo, así que ser consciente de la fuente que consulta es primordial. Unos lugares excelentes para empezar son las organizaciones, las asociaciones y los podcasts. En el caso de la información anecdótica, compruebe si la persona tiene algún sesgo o conexiones con empresas o marcas que puedan influir en su opinión. 

Durante la fase de investigación, anote las preguntas que le surjan. Ningún tema queda fuera de los límites cuando se trata de su salud, así que pregunte sobre cualquier cosa, desde los posibles tratamientos hasta los síntomas y el diagnóstico. Cuando presente esta información a su médico, hágalo como si se tratase de una conversación. Y recuerde que leer un puñado de artículos no le convierte en un experto. 

Para sacar el máximo provecho de la consulta, acuda con la mente abierta y espíritu colaborativo. Si ya ha diagnosticado su problema y ha trazado un plan de tratamiento, está dando a su médico poco margen para que haga su trabajo. La Dr. Gupta apunta que es útil abordar una charla con su médico con una actitud similar a esta: "He leído este artículo y sugiere esto. ¿Qué opina?" Evite una actitud similar a la siguiente: "Esto es lo que he leído y esto es lo que quiero que se haga".

Existe un punto intermedio entre estar informado y ser demasiado agresivo. Recuerde que acude a los profesionales sanitarios por una razón, y debe ser porque confía en ellos. Es importante encontrar un médico con el que pueda tener una relación de colaboración. Al fin y al cabo, encontrar el camino correcto para usted surge de una conversación fructífera con su médico.

Paso 4: Lleve los resultados de las pruebas.

Si ya se ha hecho pruebas, como análisis de sangre de IgE específica o pruebas de componentes, lleve los resultados. Los resultados de las pruebas no son fáciles de interpretar por su cuenta, así que, si tiene la oportunidad de revisarlos con un médico, aprovéchela. Si ya le han dicho que va a necesitar un análisis de sangre de sIgE para controlar los cambios en su alergia ya diagnosticada, procure llamar a la consulta de su médico de cabecera antes de la cita. Algunos prestadores de asistencia sanitaria le permitirán hacerse la prueba de antemano para que pueda tratar los resultados en persona, junto con cualquier otra prueba que puedan realizar ese día.

Consejos adicionales

•  Es normal tener que esperar en la consulta del médico. No programe nada para justo después de la cita. Tener un margen de tiempo le ayudará a mantener la calma y a no entrar a consulta estresado o irritado. 

• Seguramente, el médico también quisiera poder concederle más tiempo. Si le interrumpe, no se lo tome como algo personal. Lo más probable es que tenga una idea del problema y le haga preguntas de sondeo. Los médicos hacen esto día tras día y, al igual que los detectives, quieren llegar a la información clave lo antes posible porque el tiempo es oro. 

El personal sanitario está de su lado y quiere ayudarle. Sea abierto, comparta lo que ha investigado y escuche.