Desde botellas de bebidas y envases de alimentos hasta productos para el hogar y componentes industriales, los plásticos impulsan nuestra vida cotidiana. Sin embargo, desafortunadamente, la prevalencia de plásticos en el medio ambiente es un problema de contaminación.
Uno de los problemas más persistentes e intratables es la descomposición de los desechos plásticos en “microplásticos”, que se clasifican como piezas de un material polimérico de 5 milímetros a 1 micra de tamaño. Varios estudios en animales marinos, desde corales y fitoplancton hasta grandes crustáceos y peces, encuentran una cantidad sorprendente de microplásticos en aguas dulces y océanos. Además, la investigación ha demostrado que los microplásticos son consumidos por la biota marina y luego se transfieren a la cadena alimentaria, dañando a las aves e incluso a los humanos.
Pequeñas bolitas de plástico en un dedo. A medida que los científicos ambientales estudian los efectos nocivos de la contaminación por microplásticos en el medio ambiente, muchos recurren a la espectroscopía FTIR y la espectroscopía Raman para identificar y clasificar estos contaminantes.
Comprender los efectos de esta contaminación microplástica se ha convertido en el próximo desafío para los científicos ambientales. Los investigadores están estudiando los efectos de los microplásticos a medida que se descomponen y lixivian sustancias químicas, están examinando cómo los microplásticos actúan como esponjas que absorben metales pesados y otras toxinas, que luego pasan a través de la cadena alimenticia; también están explorando cómo los organismos individuales responden a los microplásticos en una ecología determinada.
A medida que los científicos ambientales clasifican, aíslan e identifican químicamente los compuestos en los microplásticos, muchos están recurriendo a dos técnicas de espectroscopía vibracional complementarias: la Espectroscopía Infrarroja Transformada de Fourier (FTIR) y la Espectroscopía Raman.
La FTIR es particularmente experta en la clasificación química de varios compuestos poliméricos debido a la capacidad de la técnica para reconocer diferencias menores en las composiciones moleculares, por ejemplo, discriminando entre polietileno de alta y baja densidad. La microscopía FTIR es capaz de analizar partículas de hasta 10 micrones.
Otra técnica vibratoria, la espectroscopia Raman, puede medir partículas de hasta 1 micrón, la microscopía Raman proporciona información sobre las redes cristalinas y las estructuras de la columna vertebral molecular. Raman también es una buena técnica para estudiar materiales en muestras acuosas.
FTIR y Raman son técnicas altamente complementarias. En términos generales, los compuestos que no se prestan al análisis Raman son buenas muestras de FTIR. Donde FTIR no puede identificar un compuesto, Raman es probablemente un candidato ideal. Ambas técnicas son no destructivas, lo que significa que las muestras están disponibles para análisis posteriores mediante otras técnicas de laboratorio.
Rápidos y fáciles de usar, con un software avanzado que puede clasificar a través de la química multicomponente, los microscopios FTIR y Raman son instrumentos esenciales para identificar y clasificar contaminantes microplásticos.
Para obtener más información sobre los métodos para identificar y cuantificar la contaminación por microplásticos en el medio ambiente, vea el webinar de Thermo Fisher Scientific, Caracterización de Microplásticos y Nanopartículas.
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