Síndrome de alfa-Gal Datos de alérgenos, síntomas y tratamiento
Conozca mejor la enfermedad alérgica habitual, los síntomas, las estrategias de control y las posibilidades de pruebas.
¿El paciente es candidato para la prueba de IgE específica?
Obtenga información exhaustiva sobre alérgenos completos y componentes de alérgenos.
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El síndrome de alfa-Gal (AGS), que se identificó recientemente, también conocido como alergia a la carne roja, alergia a la carne tras picadura de garrapata o alergia de alfa-Gal, es un tipo de reacción alérgica grave y potencialmente mortal a la carne roja y a otros productos elaborados con carne de mamíferos.1,2 La mayoría de los pacientes alérgicos al alfa-Gal han tolerado la carne roja durante años antes de que una picadura de garrapata les haya sensibilizado.3 Por lo tanto, la afección suele comenzar con la picadura de una garrapata en la que transmite alfa-Gal, una molécula de azúcar que se encuentra en la mayoría de los mamíferos.2 Con la picadura se puede desencadenar una respuesta inmunitaria. Ya en exposiciones posteriores la persona sensibilizada puede tener reacciones de leves a graves tras consumir carne roja, casquería y otros productos elaborados con carne de mamíferos.2,4
La prevalencia del síndrome de alfa-Gal está en aumento y se sabe que son varias especies de garrapatas las que transmiten esta molécula.3 En un estudio con 143 donantes de sangre sanos de la zona de Estocolmo con alta prevalencia de garrapatas, el 10 por ciento tenía inmunoglobulina E (IgE) específico a alfa-Gal, es decir, anticuerpos asociados con una respuesta del sistema inmunitario.5,6 Un informe de Dinamarca y España arrojó resultados similares.6
Las reacciones a alfa-Gal se producen tras la ingestión de carne roja (por ejemplo, carne de vacuno, cerdo, cordero, conejo, caballo, cabra, venado u oso), casquería (por ejemplo, intestinos, corazones, hígados o riñones) y otros productos elaborados con carne o leche de mamíferos.2,4 Otros alimentos que pueden suponer un riesgo para las personas con síndrome de alfa-Gal son cubitos de caldo, paquetes de salsa de carne, saborizantes en productos envasados, extractos de carne utilizados en aromatizantes, productos lácteos (por ejemplo, leche, queso, yogur o mantequilla), atún enlatado (que puede contaminarse con delfín o ballena), pollo o pescado cocinado en una parrilla o plancha donde se haya cocinado previamente carne roja, tripas de cerdo para salchichas, manteca de cerdo (usada para cocinar y en bollería y hamburguesas de venado) y sebo.4,8 Por otro lado, los peces, los reptiles y las aves normalmente no contienen alfa-Gal.1
La gelatina, derivada del colágeno de la piel o las pezuñas de mamíferos de gran tamaño, también puede ser problemática. De hecho, la mayoría de los pacientes alérgicos a la carne roja también son sensible a la gelatina, que es el ingrediente principal de chucherías infantiles como gominolas, nubes y gelatinas.4,10 Aunque es poco frecuente, hay casos de reacciones a la gelatina oral o tópica tras el uso de champú, implantes de colágeno, hilos de sutura y lentes de contacto con el colágeno entre sus componentes. Además, la gelatina puede suponer un riesgo como agente de unión en comprimidos, cápsulas, supositorios y golosinas.10 Las personas con anticuerpos relacionados con el síndrome de alfa-Gal también pueden tener reacciones al cetuximab que se usa en los tratamientos del cáncer.2
Entre los productos no alimentarios que pueden provocar una reacción se incluyen algunas formas de anticuerpos monoclonales, vacunas, gelatina utilizada como ampliador de plasma, sustituciones enzimáticas, válvulas cardíacas bovinas o porcinas, antídotos, heparina (glicoaminoglicano derivado de los intestinos de cerdo) y ácido esteárico o estearato de magnesio (por ejemplo, varios tipos de comprimidos, como paracetamol, oxicodona, lisinopril u oxiconina).4
El cocinado de la carne a altas temperaturas no es capaz de destruir la alergenicidad de varias proteínas de carne roja, e incluso una pequeña cantidad de carne roja puede causar una reacción grave.7,8
Es posible que su profesional sanitario le recomiende un plan que incluya lo siguiente.4,8-11,12
Su profesional sanitario le puede prescribir uno de los siguientes medicamentos para mejorar los síntomas de la alergia:
Si está con alguien que está sufriendo una reacción alérgica y muestra síntomas de choque, actúe rápidamente. Observe si la persona tiene pulso débil y rápido, dificultad para respirar, presenta palidez y piel sudorosa y fría, está confuso y si pierde la conciencia. Sin perder tiempo, haga lo siguiente:
Después de comer carne roja, los síntomas del síndrome de alfa-Gal no aparecen durante al menos dos horas y muchas reacciones tardan entre tres y cinco horas o más después de la ingesta. Sin embargo, muchos pacientes no presentan síntomas y, si los hay, es posible que no sea con cada exposición a la carne roja.7 Con el tiempo, los síntomas pueden disminuir o incluso desaparecer si a los pacientes sensibilizados no les vuelven a picar las garrapatas que llevan alfa-Gal.8
Los síntomas del síndrome de alfa-Gal pueden incluir los siguientes:2
El síndrome de alfa-Gal también puede causar anafilaxia, que puede incluir síntomas como:2,9
Las pruebas de punción cutánea con extractos de carne de cerdo o de vacuno no han sido fiables para diagnosticar el síndrome de alfa-Gal. Aunque las pruebas cutáneas intradérmicas para varios alérgenos alimentarios pueden ser útiles, apenas se hacen ya estas pruebas. Por lo tanto, la mayoría de los alergólogos basan el diagnóstico en un análisis de sangre de IgE específica para alfa-Gal.4
Junto con su historial de síntomas, los análisis de sangre de IgE específica pueden servir para saber si está sensibilizado a un alérgeno concreto. Si le diagnostican una alergia, su profesional sanitario elaborará un plan de manejo de la alergia junto con usted.
*Es posible que estos productos no estén autorizados para uso clínico en su país. Consulte a su profesional sanitario para conocer la disponibilidad.
El espectro clínico de síntomas para el síndrome de alfa-Gal incluye anafilaxia en el 60 por ciento de las personas sensibilizadas.11 Si experimenta una reacción alérgica grave, tendrán que inyectarle epinefrina de emergencia y acudir a un hospital sin demora. Una vez que se le haya diagnosticado el síndrome de alfa-Gal, el profesional sanitario o el alergólogo probablemente le recetará un autoinyector de epinefrina.8